Testimonios de todo el mundo resaltaron la falta de un mecanismo legal para imputar a las corporaciones. Escuchamos a 19 testigos de cinco continentes presentar evidencia contundente tanto científica como sobre los abusos conectados a las agroquímicas gigantes.
Tyrone Hayes, profesor de la Universidad de California en Berkeley, presentó resultados de su investigación del herbicida atrazina en anfibios y dijo que este químico feminiza a las ranas que empiezan a producir óvulos en los testículos de los machos y algunos desarrollan ovarios, que una disminución en la producción de espermatozoides se ha observado en ratas y humanos. Ademas, contó que la química atrazina está asociada al cáncer a la próstata y al seno. La atrazina se usa en más de 80 países y sólo en Estados Unidos se aplican 76.5 millones de libras por año, con el 86% en cultivos de maíz. La presencia del químico es muy común en fuentes de agua, tanto superficial como subterránea. Atrazina es el pesticida No. 1 en ventas para Syngenta, el creador y ferviente defensor del producto. Syngenta en repetidas ocasiones ha tratado de intimidar al científico Hayes ya sea por medio del Internet o en audiencias públicas donde él ha presentado sus estudios.
Muerte de las Abejas: Amenaza a Ecosistemas y Seguridad Alimentaria
Graham White y Philipp Mimkes describieron cómo el descenso en la población de abejas en todo el mundo, que comenzó a mediados de 1990, coincidió con la introducción de los neonicotinoides, un grupo de plaguicidas creado por Bayer. La subsistencia de miles de productores de miel de abejas has sido amenazada. La disminución de las abejas representa una amenaza para los ecosistemas y para la seguridad alimentaria por el rol importante que juegan en la polinización de cultivos importantes en la dieta a nivel mundial.
Violación del Derecho de los Agricultores a Guardar la Semilla
David Runyon, un granjero de Indiana, dio testimonio de cómo el control de Monsanto del mercado de semillas en Estados Unidos conduce a los granjeros a firmar contratos sobre derechos de uso, con lo cual sólo pueden plantar la semilla por una estación de cultivo y ya no pueden guardar semillas, violando así una práctica milenaria de los agricultores en todo el mundo. Con los acuerdos que impone Monsanto el agricultor se ve atrapado y en la práctica obligado a comprar semillas de Monsanto año tras año. Además con tales acuerdos Monsanto puede entrar e investigar las fincas en cualquier rato. David contó como granjeros han gastado cientos de miles de dólares en juicios con Monsanto y algunos terminan perdiendo sus tierras.
Violación de los Derechos de los Niños
Ashwini de la India relató cómo ella trabajó en los campos de algodón desde los 6 hasta los 11 años de edad, junto con otros niños. Su trabajo comenzaba a las 6:30 am por un mínimo de 12 horas diarias por 365 días. Percibía un salario equivalente a la mitad de lo que ganaban sus padres. Su salud se vio seriamente afectada por el arduo trabajo y por los plaguicidas tóxicos que se aplican en el algodón. Se estima que 169,000 niños menores de 14 años, especialmente mujeres, son empleados en los campos semilleros de algodón. El sistema de utilizar niños como mano de obra barata en la industria de la semilla de algodón es promovido por los terratenientes que ofrecen anticipos de dinero a los padres, quienes endeudados tratan de pagar enviando a sus hijos a trabajar en los campos. Bayer, Monsanto y Syngenta han estado implicados en casos de granjeros que usan niños en los campos de algodón.
Los Plaguicidas Afectan Comunidades Remotas
Violación del Derecho a un Trabajo Sano
Los Plaguicidas Continúan Afectando a las Comunidades por Mucho Tiempo